Memoria plástica

[…] Una rabia nacida del hastío llameaba y hervía muy profundamente en él, nutrida por decisiones que no había podido evitar. Sabía qué senda debían seguir sus pies. La había visto innumerables veces. ¿La había visto? Una vez… hacia mucho tiempo, había pensado en sí mismo como el inventor de un sistema de gobierno. Pero su invento había caído en los viejos esquemas. Era como un horrible artilugio con memoria plástica. Se puede moldear como uno desee, pero basta un momento de relajación y regresa inmediatamente a las antiguas formas. Fuerzas que trabajaban más allá de su alcance, en los corazones humanos, lo eludían y lo desafiaban.

El Mesías de Dune, Frank Herbert

Naves portuguesas en La Gomera

[…] La Gomera se hallaba en la ruta que seguían las naves lusitanas que traficaban en estas costas del continente, aunque su relación no se circunscribió únicamente al intercambio comercial con los castellanos asentados desde mediados del siglo XV, en lo que hoy es la villa de San Sebastián, sino también y, sobre todo, a la que con anterioridad se había entablado con las gentes de los cuatro bandos o demarcaciones territoriales, Agana, Arone (Orone), Pala y Amilgua en los que estaba dividida la isla mucho antes de la ocupación castellana, y de que dos de ellos, Agana y Orone, intercambiaban con los portugueses cueros, carnes, quesos, entre otros productos, mientras que lo otros dos hacían lo mismo, pero con los castellanos.

El sistema político-social de los gomeros respondía a una organización dual en la que cada una de las fracciones se vertebraba en dos mitades bien diferenciadas, formadas a su vez por dos bandos o secciones, que componían un total de cuatro territorios en donde no existían diferencias notables, ni en las instituciones ni en las funciones políticas, como es propio de las sociedades de linajes segmentarios, entre quienes se hallaban poco definidas las atribuciones de sus componentes, debido a una falta de unidad superior que estaría por encima de los distintos grupos.

Esta ausencia de solidez en en las relaciones sociopolíticas de las fracciones tribales, así como la de sus problemas internos, favoreció sin duda la penetración de castellanos y portugueses con quienes los distintos bandos habían establecido contacto de manera continuada.

Colón en La Gomera. En el viaje del Descubrimiento. Antonio Tejera Gaspar

1 de febrero, 2017

[…] Antes queríamos morir deprisa, esquivando dolores y vergüenzas, y ahora el emporio de los muertos vivientes se opone con todas sus fuerzas, chantajeando por igual a los deudos y a quien se despide con esperanza de no ser humillado.

La clase médica se ha hecho tan odiosa y cruel como los clérigos, que aprovechaban el terror sembrado por ellos mismos para captar legados, y la supuesta deontología ni siquiera lo requiere, porque siempre aparece un último tratamiento -lo novísimo- para desbordar las prestaciones del seguro, sin que uno solo funcione, sin duda porque son placebos de indulgencias y novenas.

Desdramatizar la despedida propia. Irse con la cabeza alta, quizá más aún que antes de palmar, como en una segunda oportunidad para pasajeros que llegaron tarde al tren de la elegancia. Si la especie se ve privada de ello, ningún confort podrá compensarlo.

Confesiones de un opiófilo, Antonio Escohotado

Híbridas

No obstante, existe un paradigma de género que permea las representaciones, estudios e interpretaciones de la sociedad canaria: el binarismo. El binarismo de género también fue otro de los productos culturales eurocéntricos que formaron parte de la colonización cultural de los sures globales. De este asunto han hablado autoras como la escritora feminista nigeriana Oyèrónke Oyêwùmí, quien afirma que las categorías de «hombre» y «mujer» que operan en la actualidad en muchos territorios colonizados son el resultado de una «invención», es decir, un mecanismo social que instaura valores y preceptos eurocéntricos en la colonia para articular su propio poder.

En este sentido, la Islas Canarias no pueden ser apartadas de dicha premisa, puesto que su proceso histórico desde el siglo XV en adelante es compartido con el resto del continente africano. Pruebas de que el género indígena en Canarias sobrepasaba las concesiones eurocéntricas que importó la maquinaria colonial están en las propias crónicas de la Conquista y documentos posteriores en donde los europeos señalan las habilidades bélicas de las indígenas; las figuras femeninas relevantes en su cosmovisión como los grupos comunitarios llamados «harimaguadas», que cumplían funciones sagradas y místicas (Becerra Romero, 2004), y por último, el hallazgo de figuras antropomorfas denominadas «bisexuadas» por arqueólogos como Julio Cuenca o José de León (1983) quienes descubrieron que:

«A una estatuilla le falta toda la parte correspondiente a la cabeza y las extremidades superiores, aunque conserva una parte del tronco así como la extremidad inferior derecha y el arranque de la extremidad izquierda; entre ambas sobresale lo que se interpreta como un pene erecto, exageradamente representado en relación con las extremidades. Los estudiosos señalan que «lo que realmente confiere a esta escultura un carácter excepcional es el hecho de tener claramente señalados ambos sexos […]. Se trata de una figuración de un ser bisexual o hermafrodita». (Cuenca y De León 102-105)».

Híbridas. Impostoras. Intrusas. Daniasa M. Curbelo

Alegría

La alegría también es clave, pues es la permite mantener los largos procesos de cambio. Las luchas impulsadas por los movimientos sociales deben tener beneficios perceptibles y sostenibles para quienes participen en ellas y la alegría debe ser uno de ellos. Además, en la medida en que nos moviliza más el refuerzo positivo que el negativo, este es un elemento que cobra especial relevancia.

Una de las cosas que más alegría y placer nos causa es la interrelación para construir algo con otras personas. Como dicen Cortés y Monleón: «La alegría nos dota de un estado de ánimo receptivo, cuidadoso, desafiante y activo. Nos proporciona fuerza y un empoderamiento fruto del encuentro con nuestras capacidades activas. Es causa y al mismo tiempo efecto de lo que hacemos, configurando una suerte de circuito de retroalimentación […]. La alegría incita a la creación de cuerpo colectivos que potencian las capacidades propias, al mismo tiempo que experimenta la alegría del encuentro como tal, el placer de la unión».

Decrecimiento: del qué al cómo. Luis González Reyes y Adrián Almazán.

Haciendo mundo

No son más vitales los individuos que hoy en día se desplazan de un lado a otro sin parar, por trabajo o como turistas, ni los que cambian de domicilio o de amante continuamente […] Se puede ser sedentario, o un amigo y amante fiel y moverse entre las cosas, estar siempre en el medio, no dejar de hacer mundo. Y, por el contrario, se puede ser viajero empedernido, que cambia de lugares y amores y, sin embargo, siempre estar en el mismo sitio.

Maite Larruari

Filosofía ante el desánimo. José Carlos Ruiz.

Cosmocéntrica

[…] Así reflexionaba Rohan a la tenue luz de la cabina; los ojos le ardían, como si tuviera arena debajo de los párpados. El Hombre -lo comprendía ahora en un destello de clarividencia- no se ha elevado aún al pináculo que cree haber alcanzado; no ha merecido aún acceder a la posición presuntuosamente llamada cosmocéntrica. Esa idea acariciada desde la antigüedad, que no consiste no solo en buscar criaturas semejantes al hombre y en aprender al comprenderlas, sino más bien en abstenerse de interferir en todo aquello que no concierne al hombre, en todo cuanto le es ajeno. Conquistar el espacio, sí, ¿por qué no? más no atacar lo que ya tiene existencia propia, aquello en lo que el transcurso de millones de años ha creado su propio equilibrio, que no es tributario de nadie, excepto de las fuerzas de radiación y de la materia: una existencia activa, ni mejor ni peor que la de los compuestos aminoácidos que llamamos hombres y animales.

El Invencible. Stanislaw Lem

Riña de gatos

[…] Éste es el problema. No el nuestro, el de usted y yo, sino el de España y el mundo: que ustedes no entienden al proletariado. Lo ven inculto, malhablado, ceñudo, andrajoso, y piensan: válgame Dios. Si los proletarios piden algo, si reclaman un derecho o una mejora salarial, se asustan. Ésos vienen a quitarme hasta la camisa, se dicen. Y algo hay de cierto en ello. Pero el proletariado no sólo quiere dinero. Quiere justicia y respeto. Y mientras ustedes no lo entiendan, no habrá concordia ni paz social y la violencia irá en aumento.

Riña de gatos. Eduardo Mendoza.

Carne de cañón

[…] El total de efectivos del batallón de infantería del regimiento N.º 66 de Las Palmas regresó a las islas el 25 de marzo de 1927, tras su estancia en Marruecos donde se encontraba desde 1924. Sin embargo, parte de la tropa fue repatriada en 1925. Desde primeras horas de las mañana el muelle estuvo atestado de público, que les acompañó en su periplo por las calles de la capital hasta llegar a la catedral donde se ofició un Te deum. Tras ello volvieron a su cuartel de San Francisco, en el que tuvo lugar una comida además de discursos de bienvenida ofrecidos por el alcalde de la ciudad, Federico León y y el coronel Castro Caubín, donde este último destacó la brillantez de su actuación en la contienda.

Si hacemos balance, cada uno de los batallones expedicionarios de infantería enviados desde Canarias, contaron entre sus filas con un 2 o 3% de oficiales. No se enviaron suboficiales y el mayor porcentaje de los efectivos correspondió a tropa, siempre superior al 97% del total. La suma de efectivos enviados al frente fue de 1702 hombres, distribuidos de la siguiente manera: 769 pertenecientes al regimiento de infantería N.º 66 de Las Palmas y 933 integrados en el respectivo regimiento N.º 64 de Tenerife. Había oficiales suficientes sobre el terreno pero no tropa, necesaria para llevar a cabo el repliegue de posiciones de Primo e Rivera.

Canarias ante la guerra de Marruecos (1909-1927). Jennifer Guerra Hernández

Pensamiento y Arte

[…] El pensamiento y el arte, pensaba yo, intenta explorar lo que somos, revelando nuestra infinita, ambigua y contradictoria variedad, cartografiando así nuestra naturaleza: Shakespeare o Dostoievski, pensaba yo, iluminan los laberintos morales hasta sus últimos recovecos, demuestran que el amor es capaz de conducir al asesinato o al suicidio y logran que sintamos compasión por psicópatas y desalmados; es su deber, pensaba yo, porque el deber del arte ( o del pensamiento) consiste en mostrarnos la complejidad de la existencia, a fin de volvernos más complejos, en analizar cómo funciona el mal, para poder evitarlo, incluso el bien, quizá para poder aprenderlo.

El Impostor. Javier Cercas

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